Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad. No es que se van… es que la vida se los lleva.
- Ya no eres su centro.
- Ya no eres propietario, eres consejero.
- No diriges, aceptas.
- No mandas, acompañas.
- No proyectas, respetas.
- Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas.
- Ya les crecieron las alas y quieren volar.
- Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
- Ya les pasaron las borrascas de la adolescencia y tomaron el timón.
- Ya miraron de frente la vida y sintieron el llamado, para vivirla por su cuenta.
- Ya saben que son capaces de las mayores aventuras, y de la más completa realización.
- Ya buscaran un amor, que los respete, que quiera compartir, sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino, que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.
- Y si esa primera experiencia fue equivocada, tendrán la sabiduría y las fuerzas, para soltarla, así, otro amor les llegará para compartir sus vidas en armonía.
- Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir!
- Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, al asombro del amor y al rendimiento de sus facultades.
- Tienen un camino y quieren explorarlo. Lo importante es que sepan desandarlo.
- Tienen alas y quieren abrirlas. Lo importante es que sean limpias, de un vuelo alto y de conciencia recta.
- Tienen juventud y quieren vivirla. Lo importante es el corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel.
- Que la rienda sea con responsabilidad, y la formación, llena de luz.
- Tú quedas adentro:
- En el cimiento de su edificio.
- En la raíz de su árbol.
- En la corteza de su estructura
- El lo profundo de su corazón.
- Tú quedas atrás:
- En la estela luminosa que deja el barco al partir.
- En el beso que les mandas.
- En el pañuelo que los despide.
- En la oración que los sigue.
- ¡En la lágrima que los acompaña!
- Tú quedas siempre en su interior, aunque cambies de lugar.
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